jueves, 16 de mayo de 2013

Dobles sentidos de las palabras o cómo jugar con ellas


Hoy vengo a confesar: soy una maniática de la lengua. Sí, ya sé que puede sonar rarito, pero soy así, tengo mis manías y una de ellas es la lengua. Y, como habrás percibido por el título de la entrada, no se trata del órgano muscular que tenemos en la boca, sino del sistema de comunicación verbal, tal y como lo define el Diccionario de la Real Academia Española.
Las palabras no sólo denotan, también connotan.
Cuando digo que soy una maniática me refiero a cosas como que no soporto las faltas de ortografía, me avergüenza profundamente cometer una y me devano los sesos con los hiatos y los diptongos. Tampoco soporto una mala redacción. Vale, que sí, que yo no soy Cervantes, pero intento cuidar lo que escribo al máximo. Alguna vez que he ido sin prisa, no he releído lo escrito y tras ver alguna metedura de pata, me he apresurado a editar la entrada. 

Cuando tuve mi primer móvil y empecé a usar los SMS (allá por el Neolítico), escribía las palabras enteras, carácter por carácter. Ni una sola abreviatura. Es que era superior a mis fuerzas escribir el que con una 'q'. Pero sucedió que a la vez que tenía mis primeros coqueteos con los móviles, empecé la universidad y ya coger apuntes sin abreviar no era tan sencillo. Y, ahora, con twitter, no te quiero contar lo que es abreviar... 

Pero, ¿por qué escribo hoy sobre la lengua? No sé si sabrás que en estos días se está celebrando el Seminario de Lengua y Periodismo que organizan la Fundación San Millán de la Cogolla y la Fundación del Español Urgente. Y algo que, en principio, parece tan irrelevante, hoy ha sido noticia en todos los medios de comunicación. Pero no en la sección de cultura, que no, sino en la de política... ¿A qué se debe? Pues a que la princesa Letizia en su discurso de inauguración que "no es lo mismo decir reestructuración que recortes". 



Me ha parecido curioso que Letizia osara a decir en su discurso tal frase. Sí, curioso, porque estamos acostumbrados a que nuestros representantes sean políticamente correctos. Y, cuanto menos, ha sido una crítica a todos los políticos y periodistas que llenan de eufemismos nuestro día a día. 

Y en este contexto que estamos viviendo, los ciudadanos necesitamos de nuestros representantes, de los empresarios, de los periodistas, que se nos informe de forma veraz y realista, sin entrar en dobles sentidos o palabras que den lugar a una interpretación errónea de la realidad, tanto social como económica. 

Critiquemos no sólo los actos, sino también las palabras de aquéllos que pretenden hacernos comulgar con ruedas de molino. Es nuestro derecho saber qué ocurre, en qué contexto y bajo qué parámetros. Porque si algo está ocurriendo con esta crisis es que los ciudadanos nos estamos preocupando por entender términos que antes nos eran indiferentes: tipo de interés, quita de la deuda, prima de riesgo,... y otros más básicos como democracia, sistema,... 

Cuando un medio de comunicación, un político o un empresario juega a los dobles sentidos con las palabras comete dos errores: intentar engañar al ciudadano y tomarlo por tonto. Y todavía no sé cuál de las dos cosas es peor.

P.S. Por si te interesa, te dejo el discurso de Letizia

2 comentarios:

  1. Plas plas (aplausos) me pasa igual, no soporto las faltas de ortografía y procuro no cometerlas, me supera la gente que teniendo móvil con teclado predictivo te sigue poniendo "xq" y abreviaturas.

    Y de los políticos ni hablemos, te lo dicen con doble sentido para dejarte a medias tintas, lo peor!

    http://tiffet.es

    ResponderEliminar
  2. Yo lo que no soporto últimamente es aquellos blogueros que escriben blogs, supuestamente de calidad, y con muchas visitas, con faltas de ortografía... Si tienes una bitácora, que menos que currártelo... Y pasa el texto por un corrector...

    Un beso!!

    ResponderEliminar