miércoles, 6 de marzo de 2013

Encontrar el mar


Ayer cuando iba camino de casa me encontré con un camión que transportaba un barco. Y pensé: mira, un barco sin mar. Y me pareció una metáfora de mi vida.
barco sin mar





Desde hace bastante tiempo no dedico la mayoría de mi tiempo a algo que me satisfaga. Vale, vale, ya sé lo que me vas a decir. Que a nadie le satisface plenamente lo que hace. Pero no se trata de eso. Lo mío consiste en que yo no me levanto motivada por las mañanas. Y no sólo es un día o una semana, sino que es todos los días. Hay muchos días que cuando estoy preparándome para irme al curro o desayunando empiezo a pensar: “vaya mierda, no quiero ir a trabajar, otro día igual, más broncas, más marrones, más…” y yo misma me tengo que regañar. Y me regaño porque aunque hace un tiempo que mi trabajo no me estimula, al menos tengo trabajo. Y me parece triste que tenga que vivir con esa conformidad.

Cuando estoy escribiendo esto, de repente, hablando de conformidad he hecho una asociación de ideas. Conformidad, agachar la cabeza, aguantar lo que te digan y dar gracias,… Y he pensado en una escena de Los Santos Inocentes. La recuerdo vagamente, pues hace mil años que la vi. Me entristeció mucho, es la sensación que tengo. Ahora, sabiendo lo que sé, me entristece todavía más, al punto que se me saltan las lágrimas. Y la escena que me viene a la cabeza, que ya alguien me dirá si estoy equivocada, es cuando el señorito mata a la “milana bonita” de Azarías porque le da la gana. Y los campesinos agachan la cabeza y callan. Y se conforman.

Lo siento por este inciso, pero necesitaba compartirlo. Continúo.

Estaba hablando de que me parece triste que haya que vivir con esa conformidad. Pues sí, me lo parece. Porque hubo un día que a mí mi trabajo me ilusionaba. Me levantaba contenta por las mañanas a pesar de las jornadas infernales, el trabajar los fines de semana, los requisitos imposibles de los clientes y las triquiñuelas de los jefes. Pero ya no. No encuentro cómo volver a ilusionarme con mi trabajo. Y necesito encontrar algo que me estimule. Encontrar el mar.


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Originalmente publicada el 26.02.2013

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